En serio las vi. Estaban sobre el borde de una acera en la Av. Jimenez Moya, hoy miércoles 1ro de Febrero 2012, alrededor de las 5.30 de la tarde. El cielo estaba parcialmente nublado y yo salía de una reunión del trabajo matizada con tono un poco gris, debido a resultados no esperados. Por eso salimos un poco mas tarde de lo acostumbrado. Sin embargo, de no ser así no hubiese visto tal espectáculo.
Aquello me hizo pensar que realmente, a los que aman a Dios todo le ayuda para bien; porque es como si todo estuviera previamente planificado, de modo que a lo largo de la vida uno se encuentra con momentos dulces y agrios, con días soleados y lluviosos, con carros blancos, negros y de otros colores, y claro también con palomas besuqueandose y otros eventos peculiares. Solo hay que detenerse a mirar, a oír, a respirar, a vivir; pues uno nunca sabe todo lo que puede pasar al doblar de la esquina cuando sales de trabajar.