¿Alguna vez has visto una promoción de un producto o servicio, con un precio especial o una oferta, pero al final del comercial hay una frase que produce intriga: «ciertas condiciones aplican»? Esto sucede cuando la empresa ofreciendo la promoción se reserva ciertos derechos. La oferta no es para todo el mundo sino para un segmento especial.
Desde el punto de vista empresarial, esto tiene sentido porque el objetivo de cada negocio es generar beneficios, no pérdidas. Por eso es lógico esperar que hayan condiciones.
Ahora bien, algunos de nosotros hemos escuchado que la salvación de Dios es por gracia. Pero (siempre hay un pero, ¿verdad?) que ciertas condiciones aplican. Es decir, parece que esta oferta no es para todo el mundo sino para la gente buena.
Incluso sentimos indignación cuando gente que no actúa como nosotros o que ha vivido un estilo de vida desenfrenado, visitan la iglesia y se convierten en cristianos. Ya que no hay nada nuevo debajo del sol, lo mismo sucedió con los cristianos del primer siglo.
‘Estoy asombrado de que tan pronto se estén apartando del que los llamó por la gracia de Cristo , para ir tras un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Gálatas 1:6-7 RVA
La carta a los Gálatas fue escrita por el apóstol Pablo a las iglesias de la región conocida como “Galacia”. Esta área hoy día es Turquía. La carta se trata del evangelio y de cómo afecta todas las áreas de nuestra vida.
La razón por la que se escribió es importante. Había un grupo de personas llamadas los judaizantes que iban detrás del Apóstol Pablo durante su primer viaje misionero por la región de Galacia. Ellos no eran fanáticos de Pablo, ellos no lo seguían para ayudarle. Este grupo predicaba un falso evangelio en las iglesias de esta región. Ellos enseñaban que las obras eran necesarias para la justificación.
Cuando hablamos de «Justificación» no me refiero a justificar algo mal hecho con una excusa. Me refiero a ser perdonados por Dios. Una persona justificada no se presenta delante del tribunal de Dios con una excusa por las cosas malas que ha hecho. Una persona justificada ha reconocido y aceptado la responsabilidad por sus acciones, pero ha recibido el perdón de Dios.
El grupo de los judíos enseñaba un falso evangelio y como resultado, estas iglesias en la region de Galacia comenzaron a llenarse de una falsa teología. Ellos enseñaban que además de la fe, la obras son necesarias para la justificación. Por eso Pablo les escribió para refutar este problema teológico.
Desafortunadamente, como seguidores de Cristo, muchas veces relegamos el evangelio a algo que solo necesitan las personas que no tienen una relación con Jesús, pero la realidad es que todos necesitamos el evangelio, no solo para la salvación, sino cada segundo de cada día. Necesitamos la gracia de Dios.
Quién es el culpable
Normalmente, Pablo comenzaba sus cartas con una alabanza o agradecimiento amable. Pero aquí Pablo comienza directamente con una reprensión. Los lectores sabían que Pablo estaba disgustado con ellos, porque la expresión de asombro puede interpretarse como una reacción de horror.
Los creyentes en Galacia abandonaron a «Aquel que los llamó por la gracia de Cristo» con rapidez. Es decir… abandonaron a Dios mismo para creer otra cosa que no es el evangelio. El evangelio, es la buena noticia de que Dios se hizo hombre, murió por nosotros y resucitó para ofrecernos salvación. Ahora él es el Rey de Reyes y Señor de Señores. Esa es una buena noticia. Creer otra cosa distinta es abandonar a Cristo.
Ahora bien, a mí me parece que Pablo esperaba que esto pasara pero no la rapidez con qué pasó. ¿Por qué tendemos a abandonar de la verdad y seguir un evangelio diferente? ¿Qué nos lleva a abandonar la verdad? Pienso que hay dos razones:
- Los Falsos Maestros
- La Ignorancia
Un falso maestro no parece falso, pues con frecuencia son personas con influencia, reputación y alcance. Quizás son personas con trayectoria y una causa noble. Los falsos maestros no se consideran falsos maestros. Ellos están convencidos que sus enseñanzas son correctas. De hecho, los falsos maestros a menudo enseñan verdades a medias y las hacen pasar como misterios revelados. Es por eso que la ignorancia es la segunda causa.
La ignorancia es la falta de conocimiento. Todos somos ignorantes a diferentes grados. Algunos conocemos la receta para hacer un buen postre y otros no. Algunos conocemos varios idiomas y otros a penas entienden uno solo. Yo no hablo de saber, sino de conocer. Conocer y saber no es lo mismo. Conocer es la habilidad de aplicar lo que sabemos. Algunos saben dos o tres versículos bíblicos, pero no conocen el poder que esas palabras tienen, porque no las ponen en práctica.
Así que los falsos maestros se aprovechan de nuestra ignorancia para engañarnos y desviarnos de la verdad. Mientras menos conocemos, más fácilmente caeremos en errores.
Cuáles términos aplican
Volviendo al caso de los Gálatas… La enseñanza de los falsos maestros era que para ser salvos necesitamos creer en Cristo y los creyentes también necesitaban algunas obras ¿Cuáles obras eran necesarias? La circuncisión y la abstinencia de comida. En otras palabras, tenían que convertirse a la religión Judía por medio de la circuncisión, la observación de la ley y los días sagrados que los judíos celebraban.
¿Qué era la circuncisión? Un acto físico de consagración. Era una señal de aceptación. Los judíos eran propiedad de Dios, estaban comprometidos con él. Así como los esposos llevan un anillo de bodas, los varones judíos tenían en su cuerpo un recordatorio de su pacto con Dios.
Este acto tenía el significado espiritual de la justificación por fe. Es decir, la circuncisión recordaba a los judíos que ellos eran el pueblo escogido por Dios. Eso era parte de su identidad. Si alguien quería ser judío, tenía que circuncidarse.
El problema es el siguiente: ¿necesitamos ser judíos para ser parte del pueblo de Dios? LA RESPUESTA ES NO. Pero en ese entonces, la mayoría de los cristianos eran judíos y los que no eran judíos, estaban bajo presión. Habían ciertos requisitos, ciertos términos aplicaban.
Aunque este problema no es nuevo, lo mismo sucede hoy. Todavía ponemos requisitos a la gente que quiere seguir a Cristo hoy. Cosas relacionadas con la ropa, la música, el baile o la comida, etc.
Estos requisitos nos llevan a abandonar la verdad del evangelio. A veces de forma inconsciente, por ignorancia o por engaño. Es cierto que debemos cambiar y hacer algunas cosas como cristianos, pero estas son las ramas y no el tronco de nuestras vidas.
La identidad del cristiano comienza en la cruz del calvario.
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¿Qué podemos hacer para volver a la verdad? ¿Cuál fue la solución a este problema en los tiempo del NT? ¿Cómo evitamos a los falsos maestros? ¿Cuál es el único requisito para ser salvos?
El único requisito es la fe
La fe es el resultado de oír y conocer la Palabra de Dios. No solo saberla, sino ponerla en práctica. En otras palabras, conocer el evangelio y vivirlo.
No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Gálatas 1:7 RVA
Pablo hace una afirmación sorprendente, que este evangelio con justificación por obras adicionales «no es evangelio en absoluto» (NVI). Entonces, ¿qué es el evangelio? ¿cuál es el evangelio, esa buena noticia?
Un evangelio es el anuncio de una buena noticia. En los tiempos del NT, el uso de esta palabra estaba reservado para el anuncio de un nuevo rey. Es decir que el Evangelio de Jesucristo es el anuncio del reino de Dios.
Si vivieras en Palestina durante la ocupación romana, la llegada del reino de Dios, el evangelio, significaba la llegada del Mesías, un líder militar similar al Rey David. Sin embargo Dr. Rice Broocks define el evangelio de esta manera:
«El Evangelio es la buena noticia de que Dios se hizo hombre en Jesucristo. Él vivió una vida que nosotros debimos haber vivido; luego sufrió la muerte que nosotros debimos haber padecido. Tres días después se levantó de la muerte comprobando que Él es el Hijo de Dios y ofreciendo el regalo de la salvación a todo aquel que se arrepienta y crea en el evangelio.»
Dr. Rice Broocks
El único requisito para ser salvos es creer el evangelio de Jesucristo. Nuestra responsabilidad es entender este evangelio y aplicarlo a nuestras vidas cada día. Esas son las condiciones que aplican para ser cristianos.
Hubo elefante que cuando era pequeño, lo ataban a un árbol para que no se fuera lejos. El elefante trataba de soltarse pero su fuerza no era suficiente. Trataba y trataba pero mientras más lo intentaba, más se lastimaba la pata.
El elefante creció, grande y fuerte, pero los dueños del circo lo seguían atando con una cuerda. Lo interesante es que ya no ataban el otro extremo de la cuerda a un árbol, sino a una silla.
Todos nosotros hemos sido atados a algo antes de conocer a Cristo. Pero, ¿de qué manera el evangelio te ha libertado de alguna esclavitud o mal habito? Déjame saber 😉
Photo by Joshua Earle via Unsplash.com