Mis tíos son cristianos devotos y padres de tres hijos. Cuando mis primos eran pequeños, mis tíos no tenían problema alguno para llevarlos a la iglesia con ellos. Esto cambió cuando mis primos fueron creciendo.
Lo primero que sucedió fue que mis primos no querían ir a la iglesia los domingos. A veces decían que tenían clases u otra actividad, así que mis tíos cambiaron el día que iban a congregarse, de domingo a sábado. Luego mi primo más viejo dejo de ir con ellos, después su hermano mayor y por último los tres dejaron de ir a la iglesia.
No se que pensaron mis tíos al principio, pero esta noche me comentaron que ellos van a la iglesia porque lo necesitan. Porque para mis tíos, nada ni nadie es más importante que Dios. Quizás ese no es el mismo caso de mis primos. De todos modos, cada quien es responsable de sí mismo.