Debo admitir que yo también pensé lo mismo. Mi mente no podía creer lo que veía en el video. Las acciones de los agentes no son una sorpresa para nadie, pero hasta ahora no teníamos evidencia. Cuando el video se hizo viral, admito que también pensé lo mismo.
Dios creó y puso orden en el mundo con la idea de gobernar la tierra junto al hombre. Este acontecimiento es el epicentro de nuestra existencia. Pero es obvio que preferimos gobernar por nuestra cuenta y torcer cosas tan fundamentales como la justicia y el derecho. Queremos hacer lo que nos da la gana, olvidando que nuestras acciones tienen consecuencias y que Dios nos juzgará sin aceptar sobornos.
Tengo varios días pensando en eso. Si nuestro propósito como seres humanos es gobernar la tierra y Dios nos invita a hacerlo junto a Él, sería una idiotez rechazar esta oferta. Sin embargo, esto es lo que hacemos todos los días. Escogemos vivir guiados por nuestra propia sabiduría, pretendiendo ser sabios en nuestra propia opinión, dejándonos gobernar por las cosas que creamos.
Súmale a esto la cantidad de ideas vacías, malignas y demoniacas que rondan el mundo. Si Eva fue engañada por la serpiente, nosotros tenemos que luchar contra un dragón.
Lo peor es que a veces nuestras palabras y predicaciones también son huecas. Te confieso que estoy orando para saber cómo servir mejor a la sociedad donde vivo, porque la mayoría de veces estoy sirviéndome de ella. Si el evangelio es la buena noticia de que Dios se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros para darnos vida, mi vida tiene que impactar a la sociedad donde viva.
Predicar la palabra es la tarea más importante para la iglesia. Eso fue lo principal que hizo Jesús. Pero Él también sanaba enfermos, alimentaba multitudes, juzgaba la injusticia, manifestaba la santidad y la gloria de Dios. Espero realmente ser parte de su cuerpo e involucrarme más en la misión de traer su reino a este mundo. Eso es lo que significa gobernar la tierra para la gloria de Dios: expresar el amor y la santidad y la justicia del Señor.
Hay muchísimos problemas en mi comunidad. La delincuencia fruto del desempleo, el desempleo fruto de la desigualdad y falta de oportunidades, esta desigualdad fruto de la falta de educación, la falta de educación fruto de la injusticia y la corrupción. Quizás no pueda resolver todos estos problemas, pero te aseguro que no temo ensuciarme las manos y mi reputación. Más que protestar y denunciar lo que está mal, necesitamos atacar el problema principal: el pecado.
El pecado es la manifestación de nuestra insatisfacción con Dios. Si no estamos satisfechos es porque realmente no le conocemos. Algunos queremos su amor y gloria pero sin su justicia y santidad. A veces es lo contrario. No se cuál prefieres tú, pero te pido que exploremos la idea de lo que significa gobernar la tierra mientras caminamos, aprendemos, servimos y amamos a Dios. Esto no es un montaje.