Muchos han escrito bastante sobre el balance entre el trabajo y la vida fuera de este. No es una sorpresa, pues la mayoría pasamos más de 40 horas a la semana trabajando, estudiando o en alguna otra ocupación. Pero ahora algunos estamos haciendo estas cosas desde la casa . Por esa razón es más que necesario aprender a administrar el tiempo y la energía con los demás roles que tenemos.
Seré el primero en admitir que tenemos muchos conflictos y problemas porque la mayoría de las veces tenemos malas prioridades y las malas prioridades tienen malas consecuencias. Algunos de nosotros estamos viendo y persiguiendo los objetivos equivocados. Otros estamos construyendo nuestras vidas con metas tóxicas en la mente.
El trabajo es una bendición. El problema viene cuando convertimos nuestro oficio o profesión en la fuente de nuestra identidad, seguridad y propósito. Trabajamos como si el mundo dependiera de nosotros porque somos inseguros y creemos que el éxito laboral es el propósito de nuestra existencia. Otras veces despreciamos lo que hacemos y olvidamos que sin importar lo que hagamos, podemos y debemos honrar a Dios con eso. Hablando de Dios… también se nos olvida que Él pone límites a nuestro trabajo. Él estableció un ritmo de trabajo y descanso en la creación (Génesis 1: 1-2: 2) y afirmó este descanso como una forma de honrarlo como Dios (Éxodo 20: 8-11). Para encontrar un balance adecuado aun cuando estamos trabajando desde la casa, hay que saber poner límites.
Descansar un día a la semana es una señal subversiva de que podemos confiar en Dios y no en nuestra propia capacidad para vivir y ganarnos el pan diario. Estar ocupados todo el tiempo solo demuestra que no somos libres realmente. El exceso de trabajo afecta nuestra salud física, mental y espiritual. No somos más espirituales porque estamos más ocupados que otros, al contrario, demostramos que nos falta auto-control y disciplina.
Descansar no es simplemente presionar el botón de pausa en el día. El descanso consiste en reponer, restaurar, renovar, recuperar, reconstruir, regenerar, remodelar y reparar. Todas estas palabras comienzan con el prefijo RE porque requieren que regresemos a un estado anterior. Es una segunda oportunidad. Es una oportunidad para volver a poner en orden cualquier cosa que se haya desalineado con lo mejor de Dios.
Ya sea que estes trabajando desde casa o hayas vuelto a tu oficina, trata de poner límites saludables y adecuados de acuerdo a tus posibilidades. Si tienes experiencia en el tema y has implementado algunas prácticas exitosas para lidiar con el estrés laboral moderno, ¡compártelas en los comentarios!
Photo by Allie via Unsplash.com